domingo, 16 de septiembre de 2007

El adios

Entraste de golpe a mi habitación con esa sonrisita tuya tan característica me dijiste: me voy, yo sin prestarte mucha atención te conteste que para donde. me voy del todo, a vivir sola, dijiste un poco nerviosa, te conteste sin pensarlo mucho y sin dejar de ver la television, que estaba bien, que muy bueno. Con efecto retardado como muchas veces entendí lo que habías dicho, se va, pensé. mi primera reacción sinceramente, fue que no serias capaz, conociéndote como te conozco me pareció en un primer momento que tu, con tu desorden, tu forma de ser tan despreocupada y eso tan tuyo que te hace tener que estar siempre rodeada, siempre hablando, no soportarías la idea de estar sola en una casa. pero ayer cuando llegue y te vi con todas tus cosas empacadas y dejando en tu habitación solo a Lorenzo, desubicado porque no encontraba la cama donde se esconde cuando se enoja, me sentí muy triste.
Nunca tuvimos una relación normal, nunca fui el hermano mayor que tienen la mayoría de las mujeres, con el que salen las primeras veces, todo lo contrario eras vos quien me llevaba a las fiestas de tus amigos. nunca necesitaste de mi protección, siempre fuiste igual, independiente, solo recuerdo una vez y creo que es mi primer recuerdo de ti, fue hace mucho tiempo, estabas en primero de primaria y ese día me habían encargado llevarte a la escuela. renegando como siempre me fui a llevarte, me acuerdo que la escuela quedaba a mitad de una falda (como decíamos en esa época) y era una calle sin pavimentar (hace tanto fue, que había calles sin pavimentar) cuando llegamos a la esquina, estaban cerrando la puerta y yo te dije, corre que van a cerrar... saliste corriendo y no se como, te fuiste de mula y terminaste toda raspada, volviste donde mi llorando como loca... cuando llegamos a la casa mi mama pregunto que había pasado y yo dije: esta boba que se fue corriendo y se cayó...
Muchas veces fue así entre nosotros, sobre todo cuando eramos niños, padeciste mucho por nosotros, pero desde ese tiempo se veía que serias una mujer fuerte de carácter y aprendiste a no dejarte de nadie.
Ahora ya no vas a estar mas con nosotros y te voy a extrañar mucho, lo único que no voy a extrañar es el equipo prendido desde las 5:30 am y el ruido del secador que todos los días me despertaba.
Quería que supieras que apoyo tu decisión, que cuentas siempre conmigo y que te quiero muchisimo, como dicen los egoístas, te quiero a mi manera, sin que lo sepas, sin hablar o demostrar mucho.
Solo me queda desearte que donde vayas te acompañe la suerte y tu camino siempre este lleno de rosas.
Cuidate mucho y nunca olvides que siempre estaremos aquí para cuando nos necesites o decidas volver.

1 comentario:

Sanperez@gmail.com dijo...

ME DEJAS BASTANTE CONMOVIDO. IMPRESIONANTE ESCRITO. SANTIAGO